miércoles, 5 de septiembre de 2007

Somos chorros ?

Ari Paluch en su programa de la mañana decía hoy ¿ los argentinos somos todos chorros¿ y también ¿tenia razón el presidente uruguayo cuando nos tildó de chorros¿. Disculpándose rápidamente de los dichos, ya que ¿todos no somos así¿, me dejó pensando en ese concepto de que ¿el medio condiciona¿, y anticipándome a lo que algunos podrían considerar apología del delito, me atrevo a esbozar una idea, la cual puede no ser correcta pero no es más que un intento de explicar la realidad o lo que nos pasa o lo que sufrimos. Transportado un británico, francés, italiano o cualquier otra persona que ha sido educada con determinados códigos éticos, morales, religiosos etc., etc., a un remoto lugar del Mato Grosso, es decir imaginemos una selva cualquiera aislada, remota a miles de kilómetros de sus lugares de origen, con otros códigos distintos y seguramente diametralmente opuestos a los inculcados en su origen, donde lar reglas son de tal poder y contundencia que resulta inevitable adaptarse para sobrevivir o de lo contrario la extinción es segura, ¿podría esa persona mantenerse en las suyas y empecinarse en vivir de acuerdo a sus convicciones sin correr el riesgo de perecer en el intento? Sin dudas las propias convicciones de esa persona lo inclinarán a no hacer determinadas cosas, mas ante la inoperancia o inconveniencia no tendrá mas remedio que cambiar, adaptarse y poder de esa forma por lo menos sobrevivir ante tal poder. Es decir en términos legales habrá sobrevivido en un estado de naturaleza. Lo malo del robo, hurto, apoderamiento indebido es que rompe con un concepto de justicia, ¿a cada uno lo que le corresponde¿ y permite entrar en otro mas adecuado a un estado de naturaleza ¿la justicia es lo que le conviene al mas fuerte¿ provoca miedos, incertidumbres en fin atenta contra la libertad y dignidad del ser humano, sin importar del signo político que se trate. Lo que intento transmitir es la idea de que probablemente el poder en Argentina desde ya muchos años ha dejado escurrir desde su altura una moral reñida con la justicia, el bien común y todas esos ideales que hicieron que el hombre sea gregario con una finalidad mas profunda que la de las hormigas o abejas. No se justifica el ilícito en ningún ámbito o nivel pero sin dudas el que ejerce el poder es mucho mas responsable que quien lo debe respetar, ya sea porque es ejemplo, ya porque educa con el mismo. Cuando veo un bache en mi barrio no me pregunto por que no lo arreglaron, me pregunto en cambio que funcionario se quedo con el importe del arreglo y que bien la debe estar pasando con la seguridad que nadie le va a pedir explicaciones y que de ultima lo separan del cargo y listo. Ni que hablar cuando veo indígenas del Chaco muriendo como moscas y pienso ¿¡no son ellos también Argentinos?! ¿No es inequitativa y desconsiderada la cacería que despliega Montoya contra los evasores de impuestos automotor, rentas, etc. cuando ¿descubre¿ piletas de natación en zona norte y se alza como paladín ¿de la justicia?? En la Argentina de hoy son varias las especies de delincuentes, algunas fuera de la ley, otras amparadas por ella. Alguna vez alguien me dijo ¿Cuando el que dirige pierde la razón el que obedece pierde la decencia¿ , en el caso de nuestros gobernantes cambiaría la palabra razón por la de honradez.

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