Entretelones

__El gobierno mientras anunciaba la identidad del sucesor de Lousteau, comunicó la permanencia de Guillermo Moreno en la Secretaría de Comercio. Como informó ayer LA NACION, el casus belli por el cual Lousteau se despidió de los Kirchner fue la decisión de la Presidenta de otorgar a Moreno el control del comercio exterior de todos los productos agropecuarios. Hasta ahora la Secretaría de Comercio tiene facultades, otorgadas por el ex ministro Miguel Peirano, para autorizar o impedir ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca las exportaciones de productos lácteos. Ahora se le extendería ese poder a todos los rubros del negocio alimentario.

La señora de Kirchner le informó a Lousteau esa decisión el miércoles a la mañana. A media tarde se vio ingresar a Moreno en el Ministerio de Economía, satisfecho, con las resoluciones bajo el brazo, listas para la firma. Lousteau las leyó, levantó la vista y le dijo: "¿Sabés una cosa, Guillermo? No te las voy a firmar". El secretario, según relató a otro funcionario esa misma tarde, quedó estupefacto. "¿Ya se lo dijiste a la señora?", preguntó. "No, se lo voy a decir ahora", contestó Lousteau. "El flaco se volvió loco", interpretó "el Loco" Moreno (como lo llama, con cariño, Julio De Vido) delante de aquel interlocutor.

Lousteau le habría comunicado más tarde a la Presidenta que no acataría esa orden. Alberto Fernández le insistió varias veces con que lo hiciera, pero el problema se convirtió en un detalle: Lousteau decidió cuestionar toda la política económica del Gobierno y marcharse. Las resoluciones esperan a Fernández sobre su escritorio de ministro y son el problema más urgente ante el que deberá tomar una decisión.

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Investido de la capacidad de autorizar o denegar todos los permisos de exportación, Moreno tendrá facultades extraordinarias sobre el conjunto de la microeconomía. Es decir, como viene haciendo en el mercado lácteo, podrá frenar las remesas porque la compañía exportadora -cerealera, aceitera, frigorífico - no compró el producto al precio que él estableció para el mercado interno. En otras palabras: al darle facultades sobre el último eslabón de la cadena, Moreno pasará a controlar la secuencia productiva y comercial en casi todos los sectores. Si a esto se le agrega que el secretario ya ejerce atribuciones similares en el mercado energético y que, además, comenzó a aplicar (o amenazar con ella) la ley de abastecimiento, lo que está por ocurrir es la consagración de un formidable control sobre la iniciativa privada en una franja muy extensa de la economía, en manos de un solo funcionario que ya ha hecho formidables demostraciones de mala praxis.

Como suele bromear De Vido, "al Loco hay que mandarlo a ladrar, pero después hay que saber recoger la correa porque, si no, empieza a morder y a romper todo".

de La Nación de hoy- es parte de un artículo de Carlos Pagni.