viernes, 19 de septiembre de 2008

La crisis según Cristina. por Daniel della Costa.


Hoy todo el mundo habla de la crisis y lo hace como si supiera. Y hasta hay gente del común, empleados municipales, jubilados con la mínima, señoras que barren la vereda con los ruleros puestos, que se meten a opinar y a dar consejos. Es que nadie se lo quiere perder ni quedar al margen.

Desde la Gran Depresión que no se veía un crash como éste, lo que deja a la altura de un poroto el efecto tequila, la crisis de los tigres asiáticos o el shock petrolero de los años 70. Pero a no agrandarse. Esto dejará mucho para contarles a los nietos, como los que vieron cómo se movían las arañas de la casa cuando se produjo el terremoto de San Juan o estaban sentados frente a la TV cuando el hombre dio los primeros saltitos en suelo lunar.

O también, si se quiere impresionar al vecindario o al consorcio, pueden juntarse los pesitos que había en la lata de los fideos, en lo más alto de la estantería de la cocina, e ir a la calle San Martín a comprar dólares. Es decir, salvo que se tenga mucha plata en la Bolsa (en cuyo caso, el recurso que queda es la plegaria), se esté en los grandes negocios internacionales (aquí a los rezos habría que agregar el silicio) o se dirija un país, para los particulares del común y sin mayor patrimonio la preocupación derivada de esta crisis no debería ser más importante que el futuro de Racing o la suerte de la parejita más despechugada de "Bailando por un sueño".

Aunque acaso exista una excepción en la que, lamentablemente, podrían estar involucrados los 40 millones de argentinos. Porque es cierto, la crisis se juega en las grandes ligas, Bush parece más perdido que un punk en una fiesta de rolingas y las que están cayendo, como un castillo de naipes, son empresas que mueven miles de millones de dólares. No obstante, cualquiera, hasta el tipo que se gana la vida cartoneando o se entera de las noticias en medio de un desierto infinito a través de una radio a galena, sabe que esta crisis tiene alcances mundiales, lo que quiere decir que de ella no se salva ni el país más insignificante de la Tierra.

Y aquí, entonces, es cuando comienzan las más legítimas preocupaciones de los argentinos, aun de aquellos que no tienen ni un peso partido por la mitad ni han visto un dólar en toda su vida. Porque qué cabe pensar cuando quien dirige los destinos de la Patria entiende que lo que está ocurriendo se circunscribe al Primer Mundo, "que nos habían pintado como la meca", y está convencida de que éste se "derrumba como una burbuja". La inquietud sobreviene por partida doble, no sólo porque a las burbujas, por su grácil condición de glóbulos de aire, les cuesta horrores derrumbarse, por lo que más bien estallan o revientan, sino porque de la reflexión presidencial parece inferirse que de ésta el capitalismo no se salva y que, aparentemente, la Argentina estaría detrás de una alternativa aún no debidamente explicitada y que vaya a saber cuál es.

Lo que lleva a plantear algunas conjeturas. Una, por ejemplo, que para preservar al país de los sacudones que experimentarán los precios de las materias primas, el comercio mundial y la asistencia financiera, se esté pensando en mudarlo a Marte. Otra, que se suponga que el mundo ha iniciado una marcha ineluctable hacia la colectivización, por lo que la familia Kirchner ya tendría todo dispuesto, cuando suene la hora, para ceder sus empresas y propiedades al pueblo que oprimen cadenas.

Y una tercera, que su reflexión, por esos saltos que a veces dan las mentes más cansadas y presionadas por las exigencias de su cargo, haya partido menos de la señora que hoy es presidenta que de aquella muchacha que participó de las rebeldías de los 70. Vale decir, nada que no pueda remediar, para alivio de los criollos, un descansado fin de semana en El Calafate.
___ Excelente humor de Della Costa , que extraemos del diario La Nación del día de hoy.__muchas gracias !
___ También del mismo diario la caricatura de H. Sábat__gracias !

Y ahora los comentarios de los lectores:

*** Patricia Gao escribe:
Hay una patología imperante en quienes "forman parte del modelo" ---ya sea por "gobernar" o "apoyarlos"--------- y es: NEGAR, NO VER........ Creo que ayudarían más a este gobierno si lograran VER y ASESORAR o PEDIR algunos cambios. (Por lo menos, ALGUNOS.....yo pediría un montón de cambios). Pero, algún día SE DEBE MADURAR..... no se puede vivir en una ADOLESCENCIA ETERNA.

*** Pascual Campos :
El artículo de Della Costa trae un poco de alivio al sentimiento que invadió a una gran parte de los argentinos al escuchar las mediocridades e ignorancia de la Sra. Presidente. La burbuja será la que ellos construyeron para que de un simple soplo la Argentina desaparezca del planeta?......Por otra parte, qué estadista que se considere como tal puede alegrarse ò vanagloriarse de un problema tan grave que afectará a millones de personas, empleos, finanzas internacionales, alegrarnos de lo malo que pasa... es de mentes muy estrechas, muy estrechas pero no lo suficiente para seguir llenando sus arcadas personales.

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