domingo, 21 de octubre de 2007

Tomar conciencia

La democracia presupone la igualdad de los hombres y su derecho igualitario a ejercer la soberanía popular dentro de los conceptos básicos de la ideología democrática liberal, y que es en muchos aspectos, flexible en cuanto a la forma orgánica de gobierno. Pero hay ciertos requisitos básicos que se deben cumplir para dar autenticidad a un régimen democrático, a saber: el voto popular, universal y secreto; el respeto por parte de todos de un estatuto constitucional y sus leyes secundarias; la división de poderes y la representación de las minorías y el respeto mutuo; las garantías a las libertades individuales básicas de los ciudadanos: libertad de pensamiento, de culto, de expresión, de reunión, de tránsito, de petición, etc. Ahora, analicemos qué tenemos en nuestro país de todo esto. Prácticamente lo único que tenemos de un sistema republicano es el voto, porque los demás aspectos que hacen a la vida democrática son violados sistemáticamente por todos los gobiernos de turno y también por la oposición. Tenemos Constitución pero el gobierno la respeta sólo cuando le conviene, no hay división de poderes porque el presidente se encarga de manejar a los legisladores propios y ajenos y a los jueces y por lo tanto no somos todos iguales ante la ley y no están garantizadas las libertades individuales. Hablemos de la prensa, ese famoso cuarto poder, que hizo que por ejemplo, Richard Nixon, el presidente del país más poderoso del mundo, tuviera que renunciar ante las denuncias de un medio periodístico y la intervención eficaz de un juez de menor jerarquía. Esto en Argentina suena a una utopía y causa gracia de solo pensarlo. Aquí vemos una prensa sumisa, comprada con publicidad oficial o con presiones permanentes de funcionarios del gobierno, salvo escasas excepciones. Es escandaloso e indignante como programas televisivos autoproclamados “progres” o transgresores, que basan sus contenidos en denuncias o investigaciones periodísticas como CQC, TVR, o en su momento Tinelli, por nombrar solo algunos, hoy tienen la boca bien cerrada. Ya no hablan del gobierno “las cucarachas”, ni “Tino y Gargamuza”, ni “Los Raporteros”. Nos mienten con el INDEC, se prenden con las licitaciones de los gasoductos y demás obras (ya no es más el clásico diezmo, ahora es mucho más), tenemos “valijas voladoras” y bolsitas de dinero en los baños los funcionarios que están hasta las manos, hacen campaña política con fondos públicos, las encuestas se compran como caramelos, y las urnas no se abren para contar los votos cuando la elección es muy pareja como en Córdoba. El sistema educativo está hecho para las estadísticas y la salud está enferma. La droga y el alcohol invaden el cuerpo y el alma de nuestros jóvenes. Asistimos hace rato a la muerte de las ideologías políticas y al nacimiento de las ideologías “pancistas” (de panza ¿se entiende?).. Si, por ejemplo, un radical lo votó a Cobos en Mendoza, hoy lo tendrá que hacer al Frente para la Victoria porque es el candidato a Vicepresidente de Cristina. La gente se pregunta: ¿Rodríguez Saa es más peronista que Cristina, que De Narváez y que Lavagna o viceversa?. ¿Quiénes son los verdaderos radicales?. ¿Alfonsín que va con Lavagna (que dijo ser peronista), Lilita o Lopez Murphy?. La casa no está en orden. Los expulsados de la Plaza por Perón por “estúpidos e imberbes”, hoy se autoproclaman los verdaderos peronistas, pero siguen resentidos por aquel hecho y siguen buscando venganza en vez de justicia y pasaron a ser de “muchachos idealistas” a formar otra asociación ilícita con apariencia legal. Se pretende instalar en el gobierno una dinastía al estilo monárquico, y al cobijo de todo este aquelarre, han surgido nuevos grupos de poder como los piqueteros que los hay oficialistas y de los otros, de acuerdo de donde sople el viento para que les pueda traer algún billete, y ni hablar de los sindicalistas que siempre caen bien parados con cualquier gobierno, aunque nunca se quedan de a pie, valga la redundancia, a pesar que está el sector de “los gordos” y de los otros, que también están gordos. Mientras tanto, los salarios son indignos y hay muchos planes trabajar que cobran 150 pesos. ¿Y la justicia?. Bien gracias. Ahora la moda es que los jueces tienen que ser “garantistas” y, por supuesto, responden al gobierno y antes de emitir una sentencia le preguntan al jefe. Y está bien dicho el mote de garantistas, porque les dan todas las garantías a los chorros y asesinos de que no les van a hacer nada. Los que viven tras las rejas son los habitantes comunes por la inseguridad y los delincuentes y asesinos andan sueltos. Y ojo que no es culpa de la policía, como nos quieren hacer creer, que tiene las manos atadas y al menor “exceso” los echan como perros con este asunto de que son “represores”. Con todo esto pretendemos todavía que nuestros jóvenes no estén desencantados de la política. Tenemos que trabajar mucho para que esto cambie y serán los jóvenes los únicos que lo podrán hacer algún día. Nuestra generación está perdida y lo peor es que les estamos transmitiendo los malos ejemplos permanentemente. Los chicos te dicen: “los políticos son todos iguales” y se desinteresan de la política porque piensan que cualquiera que gane será más de lo mismo y entran en una apatía generalizada. Y tendrán razón mientras nosotros permitamos que los políticos piensen en la ecuación un habitante-un voto y no en el hecho de que somos ciudadano, con todo lo que ello representa. Está en nosotros tomar un compromiso social y votar con conciencia republicana. Algún día tendremos una verdadera democracia, donde los votos no se canjeen por favores, no haya clientelismo político y la demagogia sea un delito penal.
Extraído de comentarios de La Nación de hoy.por S. de Maza

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