jueves, 18 de octubre de 2007

Los comicios tranquilos. del diario El País (España)

En un artículo firmado por JORGE MARIRRODRIGA , del día 15 del cte, extraemos algunas partes muy interesantes:

A la candidata de Frente Para la Victoria (FPV), designada por su marido en un proceso de selección donde el otro posible candidato era precisamente él, le basta alcanzar el 40% de los votos siempre que el segundo clasificado quede 10 puntos por debajo. De acuerdo con las últimas encuestas hechas públicas ayer, la senadora por la provincia de Buenos Aires tiene en torno a 20 puntos de ventaja sobre su más inmediato rival, que es otra mujer: Elisa Carrió, de la Coalición Cívica (CC).
Segura de su victoria, la candidata del peronismo oficialista realiza una campaña caracterizada por una identificación casi total con el Gobierno saliente, una labor complicada, porque se trata de ofrecer alguna novedad sin criticar demasiado el pasado. Kirchner atraviesa sus horas más pobres de popularidad: ha bajado por primera vez del 50%.
La distancia entre la senadora y sus seguidores parece insalvable, aunque superar el 40% de votos en la primera vuelta no es nada fácil, como sabe bien el presidente Kirchner, quien apenas obtuvo el 22,4% en 2003 y accedió a la Casa Rosada después de que el ganador en la primera vuelta, el también peronista Carlos Menem, renunciara al desempate. Unos pocos miles de votos pueden marcar la diferencia entre una resonante victoria en la primera vuelta y un desempate que en sí mismo ya sería considerado como una derrota parcial. En este sentido, los estrategas de Fernández han empleado una táctica que ha demostrado ya su eficacia en el pasado y consiste en que cuanto menos se habla más se sube en intención de voto. Sin debates, ni entrevistas y con actos relevantes donde se selecciona al auditorio, Fernández no se está exponiendo a pronunciar una palabra equivocada ante el electorado.
Ya lo hizo así en las legislativas de 2005, cuando ni siquiera votó —y en Argentina el voto es obligatorio— en la circunscripción donde está empadronada: Santa Cruz, situada a 2.700 kilómetros de aquella por la que se presentaba, Buenos Aires. En aquella ocasión, las candidaturas de Kirchner —cuya figura emblemática era precisamente Cristina Fernández— obtuvieron el 38% de los sufragios.
La diferencia de recursos entre la candidata oficialista y sus rivales es casi tan grande como la ventaja demoscópica que exhibe. La oposición ha denunciado, por ejemplo, que la cadena pública de televisión transmita íntegras todas las intervenciones de la senadora Fernández. El jefe de Gabinete del presidente, Alberto Fernández, ha salido al paso de las críticas y justificado el hecho porque, en su opinión, la oposición “no tiene nada que ofrecer”.

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