miércoles, 25 de marzo de 2009

Podrían evitarse más de la mitad de las muertes de recién nacidos. por Fabiola Czubaj



Un relevamiento del estado de salud materno-infantil en nuestro país que se dará a conocer hoy revela un dato alarmante: casi el 60% de las muertes de bebes en los primeros meses de la vida ocurren por causas que pueden prevenirse con medidas tan sencillas como lavarse las manos antes de revisarlos.

El Informe de Salud Materno-Infantil Juvenil 2009 fue realizado por la Sociedad Argentina de Pediatría y Unicef. En sus sesenta páginas se advierte, en general, un deterioro de la calidad de la vida asociada con la salud de los chicos y adolescentes en los últimos años. Los resultados más impactantes los proporcionan la alta cantidad de muertes de bebes que se podrían evitar en los primeros doce meses de la vida si se aplicara el conocimiento científico disponible con una infraestructura adecuada para la atención de la salud.

Los últimos datos suministrados por el Ministerio de Salud, que corresponden a 2007, muestran que de los 5964 bebes que murieron ese año en los primeros 28 días de vida (período neonatal) se podría haber salvado a 3041 recién nacidos (el 57,2%) en condiciones óptimas.

Bajo esas mismas condiciones, que básicamente consisten en disponer de medidas de prevención y tratamiento en el momento oportuno durante el embarazo, el parto y el primer año de vida, de los 3336 bebes que fallecieron en 2007 entre los 28 y los 365 días de vida (período posnatal) se podrían haber evitado 1211 muertes (el 56%).

"Es vergonzoso que casi el 60% de los bebes mueran por causas evitables -consideró el doctor Hugo Sverdloff, coordinador del informe e integrante del Comité de Pediatría Social de la SAP-. Nos preocupa también el aumento de la mortalidad infantil, en general, que pensamos que tiene que ver con la situación de crisis que vive el país, pero también el aumento de las muertes neonatales, que son las más difíciles de manejar y tienen que ver principalmente con el manejo del embarazo y el parto."

Según el informe, que se presenta hoy en el Centro de Capacitación y Docencia Dr. Carlos Gianantonio, de la SAP, el 44% de las muertes neonatales se podrían haber reducido en 2007 con el diagnóstico y el tratamiento oportuno de los problemas durante la gestación y el parto. Un 12% de los decesos se podrían haber evitado si ese diagnóstico y tratamiento hubiese llegado a tiempo.

"Han mantenido un descenso coherente ciertas causas dependientes más que nada del manejo obstétrico pediátrico alrededor del parto (complicaciones del trabajo de parto, hipoxia intrauterina y asfixia del nacimiento) -precisa el texto del informe-. Preocupa el ascenso franco de la cantidad de muertes por problemas relacionados con la edad gestacional, la sepsis bacteriana [infecciones en el recién nacido por bacterias transmitidas por la madre en el momento del parto] y los trastornos hemorrágicos (...). Es indudable que estos problemas merecen un atento seguimiento y preocupación por parte del sistema de salud."
Factores sociales

En cambio, a partir del mes de vida, la mortalidad se debe principalmente a factores sociales, como la desnutrición y los problemas de acceso a la atención médica. De hecho, en el período posneonatal, el 26,5% de las defunciones se podrían haber evitado mediante la prevención y el tratamiento.

"En estos últimos cinco años -concluye el informe-, las diez primeras causas de muerte no variaron y sólo intercambiaron sus posiciones, a excepción de las malformaciones congénitas del corazón. Lo que llama la atención es el lugar preeminente que tienen el síndrome de muerte súbita infantil y otros accidentes que obstruyen la respiración."

Ambas causas ocupan el cuarto y el quinto lugar en las diez principales causas de muerte antes del año de vida, después de las malformaciones cardíacas congénitas, la neumonía y la septicemia, que ocupan, respectivamente, los tres primeros lugares.

"Creemos que todo esto es es una expresión directa de la crisis que vivimos, la inequidad y la pobreza", resumió Sverdloff, pediatra diplomado en salud pública. Por eso, la SAP elevará recomendaciones al Ministerio de Salud para reducir la enorme brecha que existe entre las provincias para acceder a servicios de salud.

Según la doctora Margarita Ramonet, que preside la SAP, los datos son "confiables" como para comenzar a capacitar a los pediatras con talleres en el lugar de trabajo a la espera de la decisión política de "activar" la atención primaria de la salud. Para eso, la Sociedad desarrolló un Plan Estratégico en Salud Materno Infanto Juvenil que ofrecerá a las autoridades.

___agradecemos a La Nación y a Nazareno por la fotografía____

leamos los comentarios :

*** dywiss:
Señoras y señores, hablamos de salvar la vida de niños que nacen HOY, que nacerán MAÑANA, podemos salvarlos. Esos son los humanos que tienen derecho a la vida. Las asociaciones de derechos humanos, deberian preocuparse por las vidas que hay que salvar. Claro, esos bebes no tienen ideologias ... 3000 niños muertos por año que se podrian salvar, en estos ulimos 30 años, cuantos fueron, 50.000, 40.000, 30.000? 90.000? Son bebes y nadie de derechos humanos hace un acto para recordarlos y sobre todo, para SALVAR A LOS QUE VAN A NACER.

*** ADELA :
Y Cristina? 6 años de gobierno kirchnerista ! No tiene perdón, ni explicación !

__ Y transcribimos un artículo de Mempo Giardinelli escrito en el 2007, aún sin respuesta:


En estos tiempos el Chaco concita la atención de todo el mundo. Prensa y televisión global vienen a mirar los estragos de la desnutrición que afecta a miles de aborígenes en los bosques que se conocen –ya impropiamente– como El Impenetrable.
Mi colega y amiga Cristina Civale, autora del blog Civilización y Barbarie, del diario Clarín, me invita a acompañarla. No es la primera invitación que recibo, pero sí la primera que acepto. Rehusé viajar antes de las recientes elecciones, porque, obviamente, cualquier impresión escrita se habría interpretado como denuncia electoral. Y yo estoy convencido, desde hace mucho, de que la espantosa situación socioeconómica en que se encuentran los pueblos originarios del Chaco, y su vaciamiento sociocultural, no son mérito de un gobierno en particular de los últimos 30 o 40 años (los hubo civiles y militares; peronistas, procesistas y radicales) sino de todos ellos.
Primero nos detenemos en Sáenz Peña, la segunda ciudad del Chaco (90 mil habitantes), para una visita clandestina –no pedida ni autorizada– al Hospital Ramón Carrillo, el segundo más importante de esta provincia. Civale toma notas y entrevista a pacientes indígenas en las salas de Tisiología, mientras yo recorro los pasillos mojados bajo las infinitas goteras de los techos, y miro las paredes rotas, despintadas y sucias, los patios roñosos y un pozo negro abierto y rebalsando junto a la cocina.
Aunque el frente del hospital está recién pintado, detrás hay un basural a cielo abierto en medio de dos pabellones. Vidrios y muebles rotos, escombros, radiografías, cascotes y deshechos quirúrgicos enmarcan las salas donde los pacientes son sólo cuerpos chupados por enfermedades como la tuberculosis o el Chagas. Me impresiona la mucha gente que hay tirada en los pisos, no sé si son pacientes o familiares, lo mismo da.
Una hora después, en el camino hasta Juan José Castelli –población de 30 mil habitantes que se autocalifica "Portal del Impenetrable"– la desazón y la rabia se perfeccionan al observar lo que queda del otrora Chaco boscoso. Lo que fue imperio de quebrachos centenarios y fauna maravillosa, ahora son campos quemados, de suelo arenoso y desértico, con raigones por doquier esperando las topadoras que prepararán esta tierra para el festival de soja transgénica que asuela nuestro país.
Entramos –nuevamente por atrás– al Hospital de Castelli, que se supone atiende al 90 o 95 por ciento de los aborígenes de todo el Impenetrable. Lo que veo allí me golpea el pecho, las sienes, los huevos: por lo menos dos docenas de seres en condiciones definitivamente inhumanas. Parecen ex personas, apenas piel sobre huesos, cuerpos como los de los campos de concentración nazis.
Una mujer de 37 años que pesa menos de 30 kilos parece tener más de 70. No puede alzar los brazos, no entiende lo que se le pregunta. Cinco metros más allá una anciana (o eso parece) es apenas un montoncito de huesos sobre una cama desvencijada. El olor rancio es insoportable, las moscas gordas parecen ser lo único saludable, no hay médicos a la vista e impera un silencio espeso, pesado y acusador como el de los familiares que esperan junto a las camas, o tirados en el piso del pasillo, también aquí, sobre mantas mugrientas, quietos como quien espera a la Muerte, esa condenada que encima, aquí, se demora en venir.
Siento una furia nueva y creciente, una impotencia absoluta. Le pregunto a una joven enfermera que limpia un aparador vidriado si siempre es así. "Siempre", responde irguiéndose con un trapo sucio en la mano, "aunque últimamente han sacado muchos, desde que empezó a venir la tele".
Es flaquita y tiene cara de buena gente: se le ve más resignación que resentimiento. Son 44 enfermeros en todo el hospital pero no alcanzan para los tres turnos. Trabajan ocho horas diarias cinco días por semana y cobran alrededor de mil pesos los universitarios, y menos de 600 los contratados, como ella. Los días de lluvia los techos se llueven y esto es un infierno, dice y señala los machimbres podridos y los pozos negros saturados que revientan de mierda en baños y patios. Y todo se lava con agua, nomás, porque "no tenemos lavandina".
Camino por otro pasillo y llego a Obstetricia y Pediatría. Allí todos son tobas. Una chiquilla llora ante su hijo, un saquito de huesos morenos con dos ojos enormes que duele mirar. Otra joven dice que no sabe qué tiene su nena pero no quiere que muera, aunque es obvio que se está muriendo. Hay una veintena de camas en el sector y en todas lo mismo: desnutrición extrema, mugre en las sábanas, miles de moscas, desolación y miedo en las miradas.
Después viajamos otra hora y el cuadro se hace más y más grotesco. Paramos en Fortín Lavalle, Villa Río Bermejito, las tierras allende el Puente La Sirena, los parajes El Colchón, El Espinillo y varios más. Son decenas de ranchos de barro y paja, taperas infames donde se hacinan familias de la etnia Qom (tobas). Todas, sin excepción, en condiciones infrahumanas.
Digan lo que digan, estas tierras –más de tres millones de hectáreas– fueron vendidas con los aborígenes dentro. Son varios miles y están ahí desde siempre, pero no tienen títulos, papeles, ni saben cómo conseguirlos. Los amigos del poder sí los tienen, y los hacen valer. El resultado es la devastación del Impenetrable: cuando el bosque se tala, las especies animales desaparecen, se extinguen. Los seres humanos también.
Y aunque algunas buenas almas urbanas digan lo contrario, y se escandalicen ciertas dirigencias, en el ahora ex Impenetrable chaqueño palabras duras como exterminio o genocidio tienen vigencia.
Desfilan ante nuestros ojos enfermos de tuberculosis, Chagas, lesmaniasis, niños empiojados que sólo han comido harina mojada en agua, rodeados de perros flacos, huesudos y ojerosos como sus dueños. Se llaman Margarita, Nazario, Abraham, María y lo mismo da. Casi todos dicen ser evangelistas, de la Asamblea de Dios, de la Iglesia Universal, de "los pentecostales" o "los anglicanos".
Involuntariamente irónico, evoco a Yupanqui: "Por aquí, Dios no pasó".
Al caer la tarde estoy quebrado, roto, y sólo atino a borronear estos apuntes, indignado, consciente de su inutilidad. Al partir de regreso veo en un caserío un cartel deshilachado por el sol:

"Con la fuerza de Rozas, vote lista 651".

Y en la pared de un rancho de barro, seguramente infestada de vinchucas, veo un corazón rojo como el de los pastores mediáticos brasileños de "Pare de sufrir". Abajo dice:

"Chaco merece más. Vote Capitanich".

A unos 400 kilómetros de aquí el escrutinio final de las elecciones avanza lenta, nerviosamente. En alguna oficina el ministro de Salud de esta provincia seguirá negando todo esto, mientras el gobernador se prepara para ser senador y vivir en Buenos Aires, bien lejos de aquí, como casi todos los legisladores.
¡Nunca antes, el Chaco ni este país me habían dolido tanto.!!!

___Mientras en el mismo Chaco, un idiota útil, perdía su tiempo en pintar con leyendas pro retenciones la que fuera casa de Lilita Carrió, en vez de utilizar su tiempo y dinero en llevar una mamadera caliente a un bebé indigente !____


En la tarde de hoy 25 marzo 2009 :
- La Corte Suprema de la Nación ordenó a los gobiernos nacional y de Chaco que elaboren en un plazo de 30 días un "acuerdo de desarrollo" para proveer de alimentación e infraestructura a las comunidades aborígenes.

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