viernes, 27 de marzo de 2009

Cuando les cierren el portón...


Hace ya unos meses, en una tibia y soleada mañana de invierno,anduve por Entre Ríos por razones de negocios y fuí invitado a visitar una finca propiedad de un paisano alemán del Volga donde elaboraban jamones caseros.
Al pasar por el chiquero me llamó la atención el porte de una chancha amamantando a unos cuantos lechones.
Para salir de la curiosidad le pregunté al hijo del patrón que me estaba atendiendo de que raza eran esos animales.
- Son de raza "argentina"-
...Pero, espere que le llamo a mi padre, que a él le va a gustar contar la historia.
Por la puerta de la cocina emergió don Helmut,un gigante de cabellos blancos que se desplazaba dificultosamente asistido por un bastón de 3 patas y me invitó a sentarme a la mesa donde estaba un enorme botellón de alcohol de nuez de no menos de 60*.
-¿ Ud. sabe como se cazan los chanchos salvajes del monte?- me espetó el paisano sin mas, mientras me servía un vasito chato de ese brebaje.
_ Bueno, creo que con perros que "los paran" y un fusil que los sacrifica- le contesté prudentemente, imaginando ya que la historia venía por otro lado y que el viejo sabía mas que yo.
-En este caso, no es así- contestó don Helmut y prosiguió :
-Y cuando le diga como los cazo yo, Ud. va a poder entender porque los llamo de "raza argentina" y si es hombre inteligente podrá sacar algunas conclusiones acerca de porque a los argentinos les va como les va.
En el fondo de la finca, detrás de aquella cortina de álamos, que Ud. vé y hasta la costa del río, hay un monte inculto y sin trabajar.
Dentro de ese cuadro suele haber chanchos salvajes,.
para cazarlos hay que buscar un manchón sin matorrales y tirar un poco de maíz en el piso.
Cuando los chanchos los descubren van a comer todos los días, y Ud. sólo tiene que reponer todos los días la ración.
Una vez acostumbrados, construye una cerca de uno de los lados del sitio y les sigue poniendo alimento.
Por unos días van a desconfiar, pero después terminan por volver.
Entonces se hace otra cerca a continuación de la anterior y les sigue poniendo comida hasta que dejan de dudar y regresan a comer.
Y así sucesivamente, hasta que cierra los 4 lados y solo deja una abertura para un portón.
Ya para entonces se han acostumbrado al maíz fácil, le han perdido el miedo a los cercos, y entran y salen con naturalidad.
Entonces, Ud. va y coloca el portón,lo deja abierto y sigue poniendo maíz.
Hasta el día que va al corral,encuentra la piara comiendo, y le cierra la puerta.
Al principio empiezan a correr en círculos como locos, pero ya están sometidos.
Muy pronto se tranquilizan y vuelven al alimento fácil que ya se olvidaron de buscar por sí mismos y aceptan la esclavitud.
Ustedes, los argentinos, no se dan cuenta, que estos gobiernos populares y demagógicos que tienen, proceden de la misma manera que yo con los chanchos...
Les tiran maíz gratis disfrazado de programas de ayuda, planes sociales, empleos públicos, cargos públicos, sueldos para ñoquis, subsidios para cualquier cosa,leyes proteccionistas,sobornos electorales...
Todo a costa de las libertades que les van confiscando migaja a migaja.
Y los argentinos no se dan cuenta que no existe la comida gratis, ya que no es posible que alguien preste un servicio mas barato que el que uno mismo hace.
¿ Acaso no ven que esa " maravillosa ayuda " que reparte el gobierno, lo hace con los poderes que el pueblo permite que se arroguen para depredar las libertades, y los bienes de la gente que trabaja y produce?
¿ pero como pueden vivir en un paraíso y tratar a toda costa de convertirlo en un infierno?
¿ Como pueden crear conciencia cívica, si los políticos forman cuadros de Borocotó...?
¡¡¡ Sigan así- no mas - y que Dios los ayude cuando les cierren el portón !

Don Helmut se mandó lo que quedaba del cuarto vaso de un trago y desapareció rengueando precipitado por la cocina.
Y yo, mareado por el alcohol y apabullado por la verdad, saludé al hijo, y me volví rumiando bronca por el polvoriento camino de regreso a casa.

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