lunes, 11 de febrero de 2008

Funcionarios eran los de antes


En momentos en que funcionarios del gobierno dejan tanto que desear acerca de su honestidad, cabria recordar a algunos de los hombres que actuaban de otra forma al ocupar cargos públicos. Don José “Pepe” Posse peleó contra la tiranía de Juan Manuel de Rosas, eso le valió el destierro en Chile y allí nació su amistad con Domingo F. Sarmiento. Fue gobernador progresista de Tucumán en 1864, ministro de Gobierno, camarista y juez en varias oportunidades, diputado nacional, senador suplente por la capital, fiscal de Estado, constituyente del ´60, periodista y gran educador. Seguramente cometió errores, pero Don “Pepe” carecía de fortuna y en su vejez poseía una modesta jubilación. En 1897, la Legislatura votó una pensión especial a su favor por los servicios prestados. Don Pepe agradeció el proyecto, pero manifestó: “no acepto ninguna pensión por servicios que ya pasaron y que en su tiempo y ocasión fueron remunerados según su mérito. Hay, por otro lado, deberes cívicos que se cumplen sin recompensa”. Añadió: “no tengo necesidades extremas que no pueda llevar con mis humildes recursos, y no quiero recargar el Tesoro de la Provincia, demasiado cargado de deberes y obligaciones que habrá que cumplir, con un solo centavo a mi favor...” (Textos sacados de un artículo del diario la Gaceta de Tucumán hace algunos años) Ese hombre íntegro merece ser recordado y ojalá tuviéramos que recordar a más funcionarios como él. Señores presidentes, gobernadores, legisladores, jueces, ministros y demás yerbas, aprendan de algunos de los que les precedieron y sean honestos, que aquellos que les pagamos sus sueldos queremos saber que son merecedores de la gran responsabilidad que tienen, y si no es así, caiga el peso de la ley sobre el que no la cumpla.

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